domingo, 25 de septiembre de 2011

ENSAYO INDIVIDUAL: MI CIENTÍFICO FAVORITO

Mi científico favorito: Charles Darwin

Por: Karen Nathaly López Rodríguez

La ciencia es lo que nos permite conocer cómo, por qué suceden las cosas que nos rodean, acercarnos a la verdad de nuestro universo. No tenemos todas las respuestas a estas incógnitas, pero algunas de las que están resueltas son gracias a los científicos.

¿Qué distingue a un científico? Un científico es aquella persona que se  apasiona por el conocimiento, que siempre está en busca de la verdad y saber que hay más allá de. Trata  de darle una respuesta y sentido a lo que le rodea. Nunca está quieto, es curioso y le gusta explorar. Esa persona tiene disciplina, es tenaz y no se da por vencido. Además es alguien con un pensamiento crítico y capaz de analizar lo que se le presenta. Por otro lado, sabe respetar su propio trabajo y el de otros científicos. Tiene una mente amplia y está dispuesto a aceptar sus errores. Tal es el ejemplo de Charles Darwin.

Charles Robert Darwin nació el 12 de febrero de 1809 en Inglaterra. Tanto su abuelo como su padre, Robert Waring Darwin, (admiraba a quien admiraba) eran médicos.



En la escuela no fue un niño realmente destacable. Él sentía gran curiosidad e interés sobre todo por la naturaleza. Le gustaba observar y experimentar con los animales. Esto no era lo que esperaba su padre de él, provocó que se decepcionara, pues creía que era una pérdida de tiempo y de esa forma nunca podría llegar a ser un médico exitoso.



Así que a los 16 años, su padre lo envió a estudiar medicina a la Universidad de Edimburgo. Pero no logró despertar en Charles el interés por la medicina. Entonces su padre optó por que su hijo estudiara teología, pero tampoco estuvo conforme con ello.

John Stevens Henslow, sacerdote de la iglesia anglicana, lo alentó a estudiar botánica y zoología, y así lo hizo. Más tarde, este mismo hombre fue quien lo invitó a realizar un viaje en el Beagle. En un principio su padre no le permitía irse, pero logró emprender el viaje.

Éste implicó muchas  dificultades como la mala alimentación las incomodidades  y los mareos; y un trabajo duro y constante. Pero gracias a eso Darwin pudo hacer observaciones de la flora y la fauna que le llevaron a pensar acerca  de la adaptación de los seres vivos, la diversidad de las especies y sus relaciones mutuas, la lucha por la existencia. También en la realidad de la evolución.

Al regresar a Inglaterra en 1836, Darwin comenzó a ordenar  del material que había recolectado. Al parecer, su padre ya no insistió en los estudios eclesiásticos. En 1837, Darwin se dedicó a escribir el libro donde exponía la idea de la teoría de la evolución a partir de un origen común. Esto le ocasionó algunos problemas con su esposa Emma Wedgwood, debido a su  religión de que se oponía a las ideas de Charles.

Él pensó, que la selección debía ser la clave en la formación de nuevas especies, pero no encontraba en la naturaleza cómo sucedía esto. Con la lectura del Ensayo sobre la población, de Thomas Robert Malthus, pudo encontrar la explicación.



A partir de 1856 empezó a escribir la gran obra de su vida sobre el Origen de las especies. Sin embargo, no contaba con que alguien más: Wallace publicaría los mismos resultados antes que él.

La gran honestidad, caballerosidad de Darwin que se ha perdido hoy casi totalmente en el mundo científico hicieron que Darwin no interviniera en el trabajo de Wallace. Pero también, como a cualquier científico, le dolía esa pérdida de la prioridad en la publicación de sus ideas.

El conflicto quedó resuelto cuando Lyell y Hooker hicieron ante la Linnean Society de Londres, una presentación conjunta de las ideas de Darwin y de Wallace, titulada Sobre la Tendencia de las Variedades a Separarse Indefinidamente del Tipo Original.

El darwinismo fue considerado como un grave ataque a la concepción cristiana del mundo. La revolución intelectual generada por Darwin abarcó mucho más que la biología que derrumbó algunas creencias fundamentales de su época.

Como mencionó Asimov en su texto (Asimov:2010) un científico es alguien que tiene la capacidad de “destruir la influencia paralizante de los antiguos y romper para siempre con el complejo de inferioridad intelectual del hombre moderno.” Para esto requiere tener una serie de cualidades que lo hacen ser el mejor en lo que hace: ser persistente, trabajar arduamente, curioso, etc.



















Asimov, Isaac, “Cien preguntas básicas de la ciencia”, Alianza Editorial, México, 2010, 211 pp.

Rodríguez Teatino, José L. “Charles Darwin: vida, obra y curiosidades”, http://www.iesribalta.net/revista/num/15/Text1502.pdf

Orrego, Fernando, “El mundo personal de Charles Darwin”, http://humanitas.cl/html/biblioteca/articulos/d0179.html

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